Introducción al método AtlasPROfilax®

Método AltasPROfilax® para profesionales

Información técnica para profesionales de la salud sobre el método AtlasPROfilax®

Definición

Método suizo miofascial por vibropresión de resonancia tisular. Consiste en una aplicación vibratoria-resonante altamente específica de la musculatura corta de la nuca que incide positivamente en la charnela cráneo-cervical (Occipital – Atlas – Axis) porque corrige el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas que consiste en la Compresión Condílea del Occipital y la Desviación Cráneo-Caudal del Atlas.

Charnela: Vértebras de transición entre cada región vertebral, caracterizadas por la inestabilidad que les confiere su mayor movilidad (Rothman y Simeone, 1989; Hamill y Jnutzen, 1995).

Síndome compresión condílea

El Síndrome de Compresión Condílea Occipital se refiere al prensamiento de los cóndilos del occipital entre las facetas articulares superiores cóncavas del Atlas (cavidad glenoidea) por la limitación ejercida por el tejido conjuntivo extradural basilar. Ello puede dar lugar a disfunciones de las escamas occipital, esfenobasilar y temporal del cráneo. 

Esta condición, aparentemente inocua, puede desencadenar problemas del habla, hiperactividad, cefalea vértebro-basilar, hipertensión esencial, mareo ortostático, colon irritable y tensión de la articulación atlanto-occipital, entre otras. Así como algunas malformaciones a la altura del occipital, foramen magnum y algunos conductos donde transcurren nervios craneales.

El eje cráneo-caudal es el eje vertical que va desde la cabeza hasta los pies. La Desviación Cráneo-Caudal del Atlas consiste en una pequeña alteración parasagital de la posición del Atlas, vértebra que en muchos casos se encuentra en sentido descendente respecto al cuerpo, como consecuencia de diversos factores mecánicos.

Ambas condiciones juntas, la Compresión Condílea Occipital y la Desviación Cráneo-Caudal del Atlas son responsables de la irritación del tallo cerebral, la compresión y angulación sobre una de las arterias vertebrales, la congestión del LCR intracraneal,  la pobre vascularización del nervio petroso superficial, el síndrome reactivo muscular – fascial y la transferencia del centro de gravedad de la columna, de L2-L3 a L5-S1.

    Manifestaciones más frecuentes

    Esto suele manifestarse de diversas maneras. Las más frecuentes son:

    • Dolores de cabeza y mareo.
    • Desórdenes del dolor músculo-esquelético.
    • Trastornos de la coordinación y el equilibrio.
    • Alteración del tono muscular con aparición de contracturas.
    • Aumento de probabilidad de desarrollar hernias discales lumbares.
    • Desplazamiento del centro de gravedad del cráneo y por ende, de la columna vertebral.
    • Interferencias hacia los centros neurológicos que controlan las funciones corporales autónomas.
    • Desalineación cervical que puede transferirse a otros segmentos vertebrales, propiciando la escoliosis.
    • Afectación de los niveles de serotonina y con ello, muy posiblemente, disminución de la energía e insomnio.
    • Trastornos en la digestión, absorción de nutrientes y eliminación por alteraciones en los trayectos del nervio vago.
    • Hiperactividad del sistema nervioso simpático que genera estrés inmunológico: p.e. propensión a hongos y alergias.

    La columna vertebral

    Más que un simple eje longitudinal del cuerpo, la columna vertebral es en conjunto con músculos y ligamentos, un mecanismo de estabilización. Asimismo, es un punto de inserción muscular y un sistema de protección a la médula espinal. Gracias al especial engranaje de vértebras y discos, es capaz de realizar movimientos en distintas amplitudes, en función del segmento a usar.

    Biomecánicamente, esta compleja estructura osteofibrocartilaginosa está conformada por un sistema de tres pilares. Un pilar anterior de resistencia y amortiguación (vértebras - discos intervertebrales) y dos pilares posteriores de movimiento (articulaciones interapofisiarias y ligamentos). Funcionalmente, las láminas y ligamentos facilitan la función de los pilares posteriores.

    El raquis lumbar ha de soportar el peso del raquis superior y el tronco, a su vez deberá transmitir fuerzas compresivas y de cizallamiento al raquis inferior. La deformabilidad de sus discos permite la movilidad. Son las carillas articulares y los discos quienes generan estabilidad. L3 es el vértice de la lordosis lumbar, L2 en quien recae el centro de gravedad de la columna y L5 la zona de transición hacia el sacro. 

    La región sacra ha de influir en la distribución de las líneas de fuerza de las cadenas miofasciales descendentes así como en la posición y movilidad de todas las vértebras. En comunión con los ilíacos conforma la cintura pélvica que estabiliza la pelvis y transmite las fuerzas de carga hacia los extremos pélvicos. Son los ligamentos sacroilíacos los responsables de resistir la rotación, cizallamiento y tensión en la pelvis.

    El coxis ha de prolongar la curva sacra, ser apoyo de la ampolla rectal y proveer inserción para el ligamento anucoxígeo y los músculos glúteo mayor y coxígeo.  Sus movimientos son de flexión y extensión. Trastornos del raquis lumbosacro disminuyen la rotación pélvica sagital y por tanto obstaculizan la flexión del coxis en la sedestación. Basa su estabilidad en los ligamentos sacrocoxígeos anterior y posterior.

    La columna vertebral y su relación nerviosa con el cuerpo

    La organización del SNP obedece a la división metamérica del embrión y las transformaciones de éste durante el período de desarrollo. En el ser humano, los somitos conformados por mesodermo, se distribuyen a lado y lado del tubo neural para convertirse en dermatomas (piel), miotomas (músculo esquelético) y esclerotomas (vértebras y cráneo). 

    Una vez diferenciados los esclerotomas, la mitad caudal ha de fusionarse con la mitad craneal adyacente para conformar vértebras. Una vez el tubo neural crece, le siguen los somitos y nervios espinales. De parte del tubo neural emerge la médula espinal y de sus excrecencias, se originan los nervios espinales. Cada nervio asociado con el miotoma y dermatoma del respectivo segmento.

    Siendo un metámero el segmento espinal que da inervación sensitivo-motora a una división embrionaria. Los metámeros son responsables de la distribución segmentaria de las fibras sensitivas del cuerpo. Su distribución se hace en segmentos medulares por razones clínicas, si bien la médula espinal no sufre segmentaciones en el embrión, únicamente lo está el mesodermo paraxial a lo largo de la notocorda.

    La zona cutánea inervada que lleva información sensitiva a una raíz se denomina dermatoma, el grupo muscular inervado por un único segmento espinal se conoce como miotoma y la zona esquelética inervada por un segmento de la médula se llama esclerotoma. Por cada metámero hay un segmento de la médula, un dermatoma, un miotoma y un esclerotoma.

    Por regla general, el número de dermatomas coincide con el número de segmentos espinales. Sin embargo, C1 es la excepción en tanto que no tiene territorio cutáneo. Gracias a los mapas que se han elaborado para la ubicación de los dermatomas, es posible realizar diagnósticos neurológicos para detectar lesiones de la médula espinal y el SNC.

    La vértebra Atlas

    Por tratarse de una vértebra incompleta, el Atlas ha fusionado su cuerpo vertebral para dar origen al dens del Axis. Su tubérculo posterior representa el proceso espinoso. Las cavidades glenoideas y las carillas planas de la cara inferior de las masas laterales, representan los procesos articulares. El arco posterior se enuncia como lámina. Los laterales del arco son los pedículos.

    Sus dos masas laterales se unen entre sí mediante los arcos posterior y anterior. La cara inferior se articula con el Axis. Las apófisis transversas nacen de la cara externa del Atlas mientras que la cara interna sirve como punto de inserción para el ligamento transverso. La carilla articular se articula con el dens. Las eminencias del Atlas son sus tubérculos, anterior y posterior.

    El foramen vertebral del Atlas se halla limitado anatómicamente por las masas laterales y los arcos anterior y posterior. Por una parte, contiene al dens del Axis y por otra, la unión bulbo-medular con sus meninges respectivas. Las apófisis transversas contienen el foramen transverso por donde discurren las arterias vertebrales mientras que la cara superior del arco posterior encierra la arteria vertebral y el nervio C1.

    La cara superior o cavidad glenoidea se articula con el cóndilo occipital conformando así, la articulación atlantooccipital que consiste en una diartrosis bicondílea formada por cóndilos de C0 - masas laterales de C1 y fijada por cápsulas, membranas y ligamentos atlantooccipitales. Tiene por función, la flexión, circunducción, extensión y lateralización de la cabeza, con muy poca rotación. 

    La articulación C1-C2 se genera entre las carillas inferiores de las masas laterales del Atlas y las carillas superiores del Axis (atlantoaxial) o bien, entre el arco anterior del Atlas y el dens del Axis (atlantoodontoidea). Es el ligamento transverso del Atlas quien mantiene esta identidad articular. Una tercera parte del área interna del Atlas la ocupa el dens, otra tercera la ocupa el ligamento transverso y la última, la médula espinal.

    En el tubérculo posterior del Atlas se inserta el recto posterior menor de la cabeza; en el tubérculo y arco anteriores, se insertan el largo del cuello y el recto anterior menor de la cabeza mientras que las apófisis transversas del Atlas sirven de superficie de inserción para los oblicuos de la cabeza, recto lateral, elevador de la escápula, escaleno posterior, esplenio cervical, intertransversos del cuello y transversoespinoso.

    El Atlas y el cuerpo humano

    El sistema cerebroespinal reside al interior del cráneo y el canal raquídeo. A nivel cervical, el canal medular aloja al bulbo raquídeo que emerge por el foramen magnum y hace su transición hacia la médula espinal. Asimismo, soporta la cabeza y brinda protección a vasos sanguíneos y nervios que viajan por ella. Su extenso margen de movilidad es consecuencia de su morfología.

    La unión cráneocervical posee un amplio rango móvil en la flexoextensión y rotación. En la flexo-extensión, los cóndilos del occipital se desplazan atrás sobre la cavidad glenoidea del Atlas, que también se traslada hacia atrás. En la extensión, se desplazan hacia adelante, que también se traslada hacia adelante. En la rotación, un cóndilo se adelanta mientras que el otro retrocede; esto acompañado de lateroflexión.

    El segmento superior del raquis cervical, (CO-C1-C2), debe equilibrar verticalmente la esfera cefálica mientras que el segmento inferior de éste, (C3-C7), ha de orientar la mirada, en función de los movimientos de cabeza (STP). El impacto negativo de las zonas inferiores sobre la cabeza, se reduce gracias a la cadena muscular estática que por medio de los propioceptores, ayuda a regular la dinámica y el equilibrio.

    La cadena muscular posterior que comienza en el cráneo y termina en los ortejos, está conformada por músculos poliarticulares de función estática. La musculatura suboccipital expresa la relación articular entre el occipital y el Atlas. De haber alguna irregularidad en dicha articulación, los músculos suboccipitales inician una transmisión alterada de energía a dicha cadena muscular.

    La contracción, irritación e inflamación de la musculatura suboccipital acarrea la  tendencia de la cadena posterior hacia la retracción e hipertonía. Las anormalidades a las que conlleva esto varían en función de la edad, el tipo de fatiga a la que se someten los músculos y el nivel de rigidez articular. Por lo general, puede dar lugar a hiperlordosis, recurvátum y aumento de la supinación del pie, entre otros.

    La variación en longitud y viscoelasticidad que sufren las aponeurosis hace a los tejidos propensos a altas concentraciones de desechos. Por eso, ante un desajuste entre el Atlas y occipital, la tensión se deposita en el septum medio (tejido conectivo donde confluyen las membranas atlantooccipital y atlantoaxial) y se transfiere al rafe dorsal (intersección tendinosa del trapecio superior, esplenio capital y romboides menor). 

    Los músculos cortos de la nuca que por ser tónicos, ya son susceptibles al acortamiento, tenderán a acumular estrés en sus fibras y transferirlo hacia las capas musculares que los recubren (esplenios y trapecios) así como las fascias que los contienen. Este efecto acumulativo desciende por la fascia cérvico-torácico-abdomino-pélvica e incide negativamente en los isquiosurales, basculando la pelvis.


    Propedéutica del método

    AtlasPROfilax® nace de la conjugación de la biofísica y la kinesiología holística, ésta última es una disciplina que evalúa los desequilibrios energéticos, bioeléctricos y estructurales del cuerpo así como su nivel de estrés.

    La kinesiología holística NO diagnostica, sólo mide los niveles de estrés e interferencias, a través de técnicas como el test de tono muscular. El diagnóstico forma parte del ámbito médico, la kinesiología no. Por el contrario, corresponde más bien a un sistema natural, no invasivo, que integra varias dimensiones del ser humano: física, emocional y energética.

    La biofísica es una rama de la física que, enfocada en la biología, aplica sus conocimientos y enfoques sobre los sistemas vivos, p.e. para describir el comportamiento de las proteínas, enzimas, moléculas orgánicas e impulsos nerviosos, etc. Gracias a la biofísica, hoy en día se cuenta con un mayor conocimiento sobre las interacciones celulares, las propiedades físicas de los tejidos y las respuestas de éstos ante determinados estímulos, como p.e. la presión o la vibración.

    Vibración: Propagación de ondas elásticas que producen deformaciones y tensiones en un medio continuo.

    Presión: Fuerza que se ejerce perpendicular a una superficie.

    Kinesiología, auxometría y vibro-presión

    El método AtlasPROfilax® se apoya en algunos test de la kinesiología para establecer el estado de la vértebra atlas en relación con el occipital y el axis. Esto es posible gracias a la estrecha relación anatómica entre el tono de los músculos suboccipitales y la vértebra atlas. Asimismo, recurre a la biofísica para aplicar un sistema de vibro-presión mecánica controlada en aquellos músculos que lo requieran, con el fin de obtener el balance muscular, fascial y ligamentoso de la zona cervical superior (atlas-axis). Dicha vibropresión es calculada con base en tablas auxométricas (talla, peso, edad, estado general de salud) y por tanto, su aplicación es segura.

    La vibropresión mecánica se enfoca en liberar algunas de las fascias cervicales que se encuentren deformadas plásticamente, lo que es especialmente relevante porque dicha deformación es responsable del efecto compensatorio que hacen las fascias longitudinales del cuerpo. En tanto que algunas molestias y dolores en cabeza, cuello, hombros y espalda pueden ser producto de esa tensión compensatoria producida por la deformación de las fascias, su liberación genera reducciones significativas del dolor crónico (de carácter no maligno) en más del 85% de los casos.

    El objetivo final de AtlasPROfilax al realizar dicha integración, es recuperar el equilibrio biodinámico del ser humano en la medida que reduce el estrés de los músculos suboccipitales. Esto se traduce en:

    • Mejor calidad de vida.
    • Mayor calidad del sueño.
    • Optimización de la postura.
    • Mejor oxigenación al cerebro.
    • Incremento de la concentración.
    • Elevación de los niveles de energía.
    • Aumento de la coordinación y el equilibrio.
    • Liberación y desinterferencia del tallo cerebral.
    • Mejoramiento de las funciones del neuro-vegetativo.
    • Reducción de las limitaciones a la movilidad articular.
    • Disminución de la intensidad del dolor (de carácter no maligno).

    Fundamentos teóricos

    En caso de existir un Desarreglo Intervertebral Menor de Atlas, los test musculares que se usan en el método AtlasPROfilax® suelen hallar hipersensibilidad de la musculatura cervical, asimetría articular, restricción del movimiento, puntos gatillo que se refieren hacia cara y cuello así como una buena cantidad de acortamientos musculares a distancia.

    El motivo por el cual, AtlasPROfilax® trabaja específicamente sobre la musculatura corta de la nuca (rectos y oblicuos de la cabeza) es porque dichos músculos juegan un papel determinante en la propiocepción (equilibrio – coordinación) y  nocicepción (señales de dolor) del cuerpo. Esto es especialmente importante porque al recuperar el equilibrio de dichos músculos, indirectamente, el ligamento miodural se libera de tensión y por tanto, permite que la vértebra atlas recobre un encastre correcto con los cóndilos occipitales.

    Este método indirecto no representa riesgos porque bajo ninguna circunstancia manipula directamente la vértebra atlas. La corrección de su Desviación Cráneo-Caudal y de la Compresión Condílea Occipital se logra a través del cambio de tono de los músculos, fascias y ligamentos implicados. La mayor bondad de esto es que al aplicar una vibro-presión mecánica controlada sobre ciertos músculos, se obtiene un cambio de tono que se traslada hasta el atlas a través de otros tejidos blandos: los ligamentos y además, esta corrección se mantiene en el tiempo, a menos, que la persona sufra un traumatismo importante en la cabeza o en el coxis, p.e.

    La vibropresión mecánica ha sido calculada con base en dos leyes de la biofísica que son útiles para el trabajo fascial. Ellas son:

    Ley de Arndt-Schultz: Se refiere a que los estímulos débiles excitan la actividad fisiológica, los moderadamente fuertes la favorecen, los fuertes la retardan y los muy fuertes la bloquean.

    Ley de Hilton: Se relaciona con la capacidad del nervio - que inerva una articulación – de inervar también los músculos que movilizan dicha articulación, así como la piel que cubre la inserción articular de dichos músculos.

    La supresión del estrés de los músculos suboccipitales, también puede traer como consecuencia:

    • Reducción de la irritación del ligamento cervical posterior. Esto está directamente ligado a una mejoría en la vascularización del cerebro y de la preservación de la identidad de los ligamentos de la piamadre.
    • Recuperación del equilibrio corporal en personas con vértigo cervical.
    • Disminución de la señal nociceptiva perturbada del músculo esquelético, con lo cual, síndromes  dolorosos como la fibromialgia pueden mejorar.
    • Desensibilización de la raíz nerviosa de C1, lo  que permite mejorar la cervicalgia y el dolor crónico.
    • Descenso de los niveles de fatiga.
    • Caída de los niveles de hipertono en la musculatura cervical, con lo cual suele mejorar la tensión postural crónica.

    Efectos de AtlasPROfilax®

    • Da lugar a una recolocación natural en cadena de músculos y ligamentos, con lo cual la postura tiende a mejorar y se disminuye significativamente el exceso de presión que sufrían algunas zonas en particular del cuerpo (cervicales, lumbares, pelvis y rodillas). Esto puede beneficiar especialmente a las personas que sufren de dolor crónico de espalda, escoliosis, hernia discal lumbar y artrosis de cadera.
    • Libera de compensaciones innecesarias al polígono de Willis al liberar el correcto transcurrir de las arterias vertebrales. Eso restablece la regularidad en el flujo sanguíneo hacia el cerebro y como consecuencia de ello, un buen porcentaje de las cefaleas, migrañas, vértigos y depresiones suelen mejorar y atenuarse. Este mismo hecho también afecta positivamente el rendimiento escolar de los niños.
    • Se recupera el diámetro natural del canal medular con respecto al agujero occipital y esto conlleva a que se reduzcan notablemente algunos de los trastornos vegetativos (como el insomnio y el mareo) e igualmente, tiende a mejorar la comunicación nerviosa desde y hacia las extremidades, gracias a lo cual algunas personas logran recuperar en cierto grado la fuerza que habían perdido.
    • Descomprime de la tracción permanente a la duramadre y por lo tanto, los tractos espinotalámicos y espinocerebelares irritados van tornando poco a poco a la normalidad. Esto genera una sensación de mayor bienestar al tiempo que mejoran notablemente el dolor (nocicepción) y la estabilidad (propiocepción). Esto favorece a quienes padecen de dolor crónico, fibromialgia y síndrome Miofascial oloroso.
    • Ayuda exitosamente en el restablecimiento del tono vital y del equilibrio interno. Sin embargo, este método kinesiológico NO reemplaza los tratamientos médicos ni los medicamentos y tampoco interfiere con ellos. Lejos de ser un "intruso" de la medicina, la rehabilitación y la fisioterapia, es una herramienta muy útil porque eleva la calidad de vida de las personas aquejadas de dolor crónico y que han agotado previamente todas las otras instancias.