Algunos estudios han sugerido que la al sufrir un latigazo o lesión cervical, se multiplican por 13 veces las probabilidades de padecer síndromes dolorosos como la Fibromialgia. (Ver bibliografía **). La explicación es la afectación inflamatoria que experimentan estructuras como fascias y músculos y el posible cambio en la lordosis cervical que irritaría algunos nervios.
Tras el latigazo cervical, quienes sufren la mayor lesión son las cápsulas articulares del segmento superior de la columna cervical (C1-C2-C3) así como los tendones y músculos periarticulares. Con ello, se irritan los receptores y corpúsculos sensitivos que se estimulan con el estiramiento y la elongación. Por tanto, se distorsiona la integración normal de las señales de posición y dolor.
Las técnicas de imagen que se practican en personas que acaban de sufrir un latigazo cervical, tienen por fin evaluar la integridad de estructuras como la columna cervical y la médula espinal para poder confirmar un diagnóstico, establecer una correlación entre la clínica y los hallazgos radiológicos, así como la terapéutica correspondiente según el caso.
Ocurre con frecuencia que pese a que los estudios revelan una normalidad conservada, distintas manifestaciones clínicas hacen su aparición tardía (semanas, meses o años más tarde). Esto obedece al hecho de que entre C0-C1-C2, sólo un tercio del canal vertebral contiene la médula espinal, otro tercio contiene líquido cefalorraquídeo y el otro tercio, cápsulas ligamentosas.
El latigazo cervical es el mecanismo físico responsable del esguince cervical, éste último consiste en una lesión de los ligamentos por la elongación indeseada en los músculos de la región cervical por una hipermovilidad repentina y traumática del cuello. Los estudios muestran que basta con sufrir un impacto entre 4 y 15 km/h para que se produzca un esguince cervical.
Impactos a mayor velocidad, por lo general, propician dislocaciones y fracturas, y rara vez, esguinces cervicales. Las raíces nerviosas que suelen verse más afectadas son C1 y C2. Los músculos que absorben el impacto son los suboccipitales, complexos, esplenios, escalenos, esternocleidomastoideos y trapecios.
Algunas de las manifestaciones clínicas tardías más comunes, asociadas al esguince cervical son: Trastornos de la sensibilidad y la fuerza (especialmente en brazos), disminución de la movilidad cervical, dolor local o irradiado hacia cráneo y cara, hombros, tórax y espalda, trastornos del equilibrio, alteraciones nerviosas del sueño, el ánimo y el equilibrio.
El latigazo cervical hace referencia al mecanismo de energía cinética a la región cervical consecuencia de una aceleración y desaceleración súbitas. Con frecuencia, se asocian a él lesiones como la distensión y esguince cervical, espasmos, vértigo, rectificación de la lordosis cervical y disfagia. La efectividad de la corrección del DIM de C1 depende del nivel de gravedad de las lesiones.
AtlasPROfilax y las molestias posteriores al Latigazo Cervical
Por favor, lea nuestra advertencia.
No es nuestra pretensión que los lectores de esta página web asuman que el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas es la causa única de los problemas de salud enunciados a continuación en este apartado. El dolor suele ser una señal de alerta de que hay una lesión tisular real o potencial, por lo que es preciso acudir al especialista para advertir de sus posibles causas.
P.e. una cefalea o un dolor local puede tener muchas causas y ser una señal de que una enfermedad está en curso. Incluso un aparente dolor muscular benigno puede advertir de un trastorno metabólico, inmunológico, vascular o articular. Por ello, si tiene alguno de estos problemas de salud, consulte con su médico y siga el tratamiento respectivo. Recuerde autogestionar su salud con celeridad.
AtlasPROfilax® es un método kinesiológico que secunda a la medicina alopática y a la natural así como a la odontología ortopédica. En ningún caso interfiere o reemplaza los tratamientos médicos – odontológicos ni los medicamentos. El único objetivo que persigue es corregir el DIM del Atlas para mejorar la calidad de vida del paciente y para hacer de éste un terreno más fértil para cualquier tratamiento y terapia posterior.
De igual forma que una gran cantidad de pacientes reacciona bastante bien con especialidades de la medicina complementaria (homeopatía, terapia neural, acupuntura, naturopatía, aromaterapia, nutracéutica, osteopatía, quiropraxis, masajes, terapias energéticas, etc.) hay siempre, una población que por poca receptividad a estas técnicas o por la condición de su propia salud, no tiene los resultados esperados.
Asimismo y tal y como citan los biólogos chilenos Maturana y Varela, “Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce”. Ese principio de autopoiesis que trata de la autoproducción y autorregulación, explica por qué algunos pacientes evolucionan favorablemente con una terapia mientras que otros no.
Todo lo anterior para puntualizar que la corrección del DIM del Atlas se ha mostrado altamente efectiva en la disminución del dolor miofascial crónico benigno, en algunos trastornos funcionales de la postura así como en el reordenamiento del Sistema Tónico Postural. Sin embargo y como ocurre en cualquier especialidad de la medicina complementaria, los resultados son proporcionales a la autopoiesis del paciente.
Existen varias probables etiologías para el desarrollo de disfunciones y dolor en el cuerpo, desde las alteraciones endógenas (genéticas, congénitas, autoinmunes, etc.), exógenas (alérgicas, iatrógenas, patógenas, etc.), ambientales (mecanoposturales, ergonómicas, profesionales, etc.) y multifactoriales (neoplásicas, idiopáticas, psicosomáticas, etc.).
La desalineación del Atlas no se había tenido presente hasta el desarrollo de la Osteopatía en 1874 por A. Taylor Still, M.D. y el nacimiento de la Quiropráctica en 1895 por D. D. Palmer. La inclusión del concepto de Desarreglo Intervertebral Menor se hizo en 1969 por R. Maigne, M.D. El DIM del Atlas, estudiado en profundidad durante 20 años por el Dr. R.-C. Schümperli, E.M., fue publicado en 1993.
El DIM de C1 es uno de los factores detonantes del dolor miofascial pero no es el único. Desarreglos Intervertebrales Menores de cualquier área de la columna vertebral pueden proyectarse en ciertos músculos y ligamentos en forma dolorosa. Esto para precisar que el DIM de C1 no es la justificación para todos los dolores miofasciales, si bien, la corrección de este DIM propicia la reversión de DIMs de otras áreas.
La corrección del DIM de C1 ha resultado altamente favorable para los siguientes casos: