Información sobre el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas
El encastre irregular de los cóndilos del occipital en la cavidad glenoidea del Atlas, puede tener consecuencias desde leves hasta devastadoras en la medida que la fuerza hidráulica del líquido cefalorraquídeo (LCR), se ve afectada. Además, aumenta la tendencia a tensiones del occipital y el temporal que en los niños, suelen registrarse como dolor de cabeza y dificultades en el aprendizaje.
Es gracias a las fascias longitudinales que se produce un efecto de arrastre descendente de las cadenas musculares a lo largo del cuerpo. La deformación plástica fascial conduce a posibles irregularidades en el aparato estomatognático, las cuales inducen al cambio del eje cefalopodal y por lo tanto, modifican las cargas a las que se ven sometidos los discos intervertebrales, en especial, los del segmento lumbar.
Al encontrarse ligeramente desestructurado y comprimido el anclaje entre occipital y atlas, ésta condición repercute básicamente en 3 niveles. Ellos son:
Con frecuencia, la compresión de los cóndilos occipitales sobre la superficie del Atlas propicia un exceso de tensión en el esfenoides (hueso del cráneo), esto puede empeorar los dolores de cabeza (cefaleas), la rigidez y tensión muscular (espasticidad) y los problemas de aprendizaje (dificultades en el habla, la lectura y el razonamiento), los cuales suelen cronificarse.